top of page
ESCRITOS
Budha turquesa
Budha turquesa abres la eternidad
para que la contemple un segundo y me esparza en el paisaje
como la savia emerge de la tierra.
El paisaje atraviesa mi existencia y me vuelvo efímero, a su vez soy parte del todo que nos origina.
Velocidad lenta, el sin sentido del tiempo y el espacio ya no aplican en mí.
Los collares de semillas se rompen y germinan largas manos.
Los pensamientos me abandonan como en una terminal de trenes y hay un para milagros colocados en el techo de esta locura.
Me abandono a tus presagios y soy un zahorí en la tarde.
Cuanto tiempo hemos perdido sin encontrarnos, cuanto por no escuchar la vibración de nuestras almas.
Oníricos
Trasparentes de cuerpos,
como enérgicas entidades que se dispersan en inmateriales sustancias.
Cuerdas de la tarde componen el nacimiento de la mar y se ríen cómplices con nosotros.
Amarrados nos retratan las ultimas aspas del sol.
La brisa nos roza como tambores de indios abstractos presagiándonos.
Estalla el cielo y un alma incontenible pinta deseos naranjas en la tarde.
Y abres tu frasco de esencias iluminando la sorpresa en mi rostro.
La belleza crece entre nosotros mientras nos abrazamos
y murmuras en mi oído que los espíritus nos sobrevuelan.
Y así, puedo sentir en vos las alas de los que libres sueñan.
escrito de poesía
autores de obras
artista digital
Costa Rica
Bajo la luna incendiada de Costa Rica exhalas tibios colores y nuestras vibraciones nos vuelven sonoro placer inédito. Bajo el mar tu mirada estalla y en la cama hay flores eternas.
Vi que llorabas en los lagos del sur aquella mágica locura. Las pulseras te enredaban la boca. Tu boca se abría a la distancia.
Desnuda te impacientas como si un rayo naciera de tus manos.
Somos náufragos en Latinoamérica constelando el negro cielo. El Caribe en la sangre estalla y tatúa al sol en tus muslos blancos. ¿A dónde iremos, huérfana, cuando la noche sea de las abejas?
Te meces sobre mí y me cortan húmedas espadas. El sabor de tu vientre es de brasas y mi boca descansa al final de tus piernas. Entonces yo, yo ya pertenezco al viento.
bottom of page